La intoxicación por metales pesados
Son unas de las sustancias que más problemas encausan a la salud es el exceso de metales pesados, aunque pocas veces son tomados en cuenta en cualquier diagnóstico.
¿Dónde se encuentran?
Están presentes en la atmósfera, en la tierra y en el agua, en los alimentos, en la ropa y en los objetos de la casa.
Están en todos lados… pues es difícil librarse de ellos.
Pero si sabemos cómo actuar podremos eliminarlos en el día a día y realizando una limpieza más profunda al menos una o dos veces al año según el caso y las recomendaciones del terapeuta.
La lista de cosas a evitar sería muy extensa:
✔️️ vegetales por su contacto por estar en suelos ya contaminados
✔️ desodorantes con aluminio
✔️ pasta de dientes con flúor
✔️ pescados grandes
✔️ utensilios de cocina
✔️ productos de limpieza
✔️ humo de tabaco
✔️ latas y tetrabriks
✔️ agua
✔️️ medicamentos e inyectables
¿Cuales son los metales pesados?
Los más habituales son el mercurio, arsénico, plomo, cobre, cadmio, aluminio, polonio y el uranio.
¿Qué síntomas dan?
✔️ energía baja con cansancio, fatiga, depresión
✔️ afectan a la capacidad reproductiva, pueden ser causa de esterilidad
✔️ producen daños hepáticos, del páncreas y renales
✔️ muchísimas enfermedades diagnosticadas crónicas y casi nunca observados en la medicina “oficial”, incluidos Parkinson, Alzheimer y autismo
✔️ impiden la absorción de otros elementos beneficiosos para nuestro organismo causando por un lado toxicidad y por otro lado otras deficiencias.
¿Qué pruebas los pueden identificar?
Hay distintas pruebas en el mercado, para poder testarlos que pueden hacerse para las personas que tengan enfermedades graves como a fin preventivo como: análisis de sangre, de orina y la más famosa la de cabello (mineralograma) que es la más específica.
La prueba nos ayuda a detectar con más precisión aquellos metales pesados presentes.
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